martes, 22 de febrero de 2011

"El suicidio"

 
 

 

 

 

 El suicidio es sin duda una de las características más representativas del Romanticismo surgido en el siglo XIX. Un movimiento que emerge frente al Clasismo y que defiende el derecho a la libertad, una libertad de pensamiento y acciones donde los sentimientos predominan ante la razón y la originalidad frente a las normas impuestas hasta entonces.

 

   "Sátira del suicidio romántico" es una obra perteneciente a Leonardo Alenza , (1.807-1.845) pintor romántico español. En esta obra quiso plasmar uno de los pensamientos más característicos de este movimiento cultural donde el suicidio era uno de los ideales románticos. A través de su propia melancolía, el tormento o el dolor, el romántico anhelaba el suicidio con el que su alma inmortal obtendría la felicidad eterna.

 

    En este cuadro observamos como el tema principal junto al suicidio es la muerte. En el centro de la escena encontramos al protagonista, clavándose un puñal en el corazón. Al fondo, se encuentran dos suicidas más, uno ahorcado y otro desangrándose en el suelo. Con esto el pintor nos muestra diferentes formas de morir.

 

    Para los románticos la muerte es un tema que se encuentra presente constantemente. El rechazo ante las normas del Clasismo, el amor, muchas veces no correspondido o con trágicos finales o la extrema exaltación de los sentimientos hacen que los románticos tengan un gusto por lo sobrenatural. La muerte, más que una tragedia para ellos es una esperanza que les libere de este mundo donde les invade la tristeza, la amargura y la desesperación.

 

                                                    Dolores Sánchez Sánchez

 

miércoles, 16 de febrero de 2011

JOSE DE ESPRONCEDA O EL POETA ROMÁNTICO POR EXCELENCIA

TAREA GRUPAL UNIDAD 3

Alumno: Josefa Patricia Garrido Aguilera


Asi comienza uno de los poemas más representativos del Romanticismo español: El estudiante de Salamanca.- José de Espronceda.
              

                               Era más de medianoche
                               antiguas historias cuentan,
                               cuando en sueño y en silencio
                               lóbrega y envuelta la tierra,
                               los vivos muertos parecen,
                               los muertos la tumba dejan.
                               Era la hora en que acaso
                               temerosas voces suenan
                               informes, en que se escuchan
                               tácitas pisadas huecas,
                               y pavorososas fantasmas
                               entre las densas tinieblas
                               vagan, y aullan los perros
                               amedrentados al verlas:
                               en que tal vez la campana
                               de alguna arruinada iglesia
                               da misteriosos sonidos
                               de maldición y anatema,
                               que los sábados convoca
                               a las brujas a su fiesta.
                               El cielo estaba sombrío,
                               no vislumbraba una estrella,
                               silbaba lúgubre el viento,
                               y allí en el aire, cual negras
                               fantasmas, se dibujaban
                               las torres de las iglesias,
                               y del gótico castillo
                               las altísimas almenas,
                               donde canta o reza acaso
                               temeroso el centinela.
José de Espronceda.- (Almendralejo, Badajoz, 1808-1842). Considerado el poeta romántico por excelencia. Un hombre comprometido con su época
y un hombre apasionado, el gran amor de su vida fue Teresa Mancha con la que mantuvo una tormentosa relación, no podía ser menos en un
inconformista y rebelde poeta como él. Con una carrera política y literaria prometedora que fue truncada por su repentina muerte, era considerado
el mejor poeta español del momento. Ello motivó que en su entierro, en el que se dieron muestras de hondo dolor popular, fuera uno de los actos
más multitudinarios de la época.
Junto a sus obras "El diablo mundo", "El pirata y el mendigo", "El verdugo", "El reo de muerte", -¿quien no conoce "La canción del pirata"?-, nos encontramos mi preferida, "El estudiante de Salamanca". Hace muchos años que la leí por primera vez, el libro que tengo en mis manos es del año 1979 y no he dudado ni un momento en afirmar que es uno de mis libros más leídos.
El estudiante de Salamanca reune dos de los grandes temas del Romanticismo: el amor desgraciado y la rebeldía.
El protagonista Don Félix de Montemar, hombre mujeriego, enamora a Doña Elvira, una joven que cae rendida ante sus encantos. El estudiante no
tardará en cansarse de ella y abandonarla sin tener en cuenta los sentimientos de la joven, esta muere por el dolor que le produce el abandono.
El hermano de Doña Elvira, Don Diego, se bate en duelo con Don Félix para vengar a su hermana. En el duelo, éste termina matando a Don Diego.  Esa misma noche por las calles de Salamanca, Don Félix persigue a una misteriosa dama, oculta tras un velo, hasta llegar a una misteriosa mansión.
Allí entre fantasmas, él es el protagonista de una ceremonia nupcial, al descubrir el rostro de la dama, observa que es un esqueleto, el cadáver de  Doña Elvira, que ha regresado de ultratumba para llevarse a su amado y "consumar el matrimonio en el más allá".
Don Félix de Montemar es uno de los personajes que mejor reflejan la imagen típica del héroe romántico, un protagonista cínico y rebelde, un
truhán, un fanfarrón sin escrúpulos con las mujeres, que nada le atemoriza, en definitiva, un insolente. El personaje más libre del romanticismo español, la rebeldia contra el orden social. Los ambientes nocturnos, seres fantasmales, sepulcros, tempestades, conflictos entre la vida y la muerte, el mundo sobrenatural, todo queda plasmado en esta obra, que sin duda puede ser representativa del periodo romántico español.




























                          
















   
 

viernes, 11 de febrero de 2011

ROMANTICISMO EN EL PARQUE MARIA LUISA

TAREA GRUPAL UNIDAD 3
ALUMNO: Manuel Caro Fuentes


El monumento a Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) representa claramente el
movimiento romántico, aunque hay que decir que Gustavo Adolfo Bécquer era un
romántico tardío y situado en el postmodernísmo.
El monumento esta proyectado por el escultor Lorenzo Coullat Valera en 1911,
siendo el conjunto esculpidos por varios talleres escultóricos y situado en
pleno parque de María Luisa de Sevilla.
En él podemos observar, tres figuras femeninas sentadas que representa la
rima X de la obra literaria becqueriana "el amor que pasa"

Los invisibles átomos del aire en derredor palpitan y se inflaman, el cielo se
deshace en rayos de oro, la tierra se estremece alborozada. Oigo flotando en
olas de armonía rumor de besos y batiir de alas, mis párpados se
cierran...¿Qué sucede?-!Es el amor que pasa!

A parte del busto del poeta, hay dos figuras de bronce que representa a un
ángel herido y yacente "amor herido" y uno encima de las figuras femeninas que
representa a Cupido.

El conjunto escultórico, da un tono intimista y resalta claramente la
expresión de las pasiones y frustraciones así como el sufrimiento por los
desengaños amorosos. Hay que resaltar, que esta escultura está situada en una
zona rodeada de naturaleza lo que hace que los sentimientos de los personajes
se trasladen a la naturaleza muy típico del romanticismo.

sábado, 5 de febrero de 2011

La escultura romántica

La escultura tuvo en el periodo romántico un desarrollo mucho menor que la
pintura. Los escultores nunca renunciaron a la inspiración grecorromana, tanto
en iconografía como en formas, y las obras resultaban frías. Pero a partir de
1810 de manera progresiva se fueron sustituyendo por elementos contemporáneos.

El escultor más importante fue François Rude (1784-1855) a quién se debe como
obra maestra el grupo "La partida de los voluntarios en 1792", relieve
conocido popularmente como "La Marsellesa", que realizó para el Arco de
triunfo de La Estrella de París. Al servir de adorno a una obra neoclásica,
mostraba ciertos condicionamientos, en el vestuario y en la disposición
triangular de los personajes. En ella se apreciea sensación de movimiento y
tensión dramática; también existe un efecto pictórico de los claroscuros. En
esta escultura se aprecia ya un claro sentimiento romántico de exaltación de
los valores nacionales en esta alegoría del pueblo francés revolucionario,
dirigido por el Genio de la Patria, encaminándose a defender la República.

Se hicieron también esculturas de animales -panteras, tigres, etc.- que
manifestaban el gusto por el movimiento y la tensión muscular. Eran esculturas
decorativas para los interiores burgueses, casi siempre realizadas en bronce.
Destacó Barye (1786-1875)